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jueves, 10 de enero de 2019

Jacobo




Relato, texto, libro, autor, cuento, novela



El dibujo de la pared refugiaba su pánico para observar al otro lado del doblez de la esquina. El relleno de las letras atrapaba sus sentidos hasta dejarlos inertes en el cerrazón de aquella turbia noche que se fundía con su nebulosa mental. 
El mutismo de los fríos y sombríos callejones del centro de la ciudad napolitana manipulaba sus decisiones, ajeno a las miradas de turistas y de cualquier atisbo de vida, presagiando lo peor… Acababa de vislumbrar una sombra inmóvil a lo lejos esa madrugada en el fuerte de su soledad, parecía que buscaba a alguien. Apresurado pegó su cuerpo de espaldas al muro en Vico Noce cerca de la comercial Vía Toledo queriendo formar parte del diseño. La baja temperatura no impidió llenarle el cuerpo de gotas de calor, tragó saliva apretando los labios en un acto de calma que nunca llegó. Cerró los ojos con nervio para poder despertar en un nuevo día, pero no bastó. Esos pocos segundos no fueron capaces de mover la rigidez de su cuerpo ni un solo milímetro de una obra de arte de la que ya formaba parte y de la que solo pudo despertar por la vibración de la llamada de Jesús a su teléfono móvil.
“Para ser tu primer grafiti es una pasada, Jacobo”.

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